Estos dos elementos, aunque muy olvidados, y hasta rechazados en la actualidad, SON esenciales para adquirir una sana y sólida vida espiritual. EL AMOR ilumina nuestras mentes con la verdad, y la devoción mueve nuestros corazones a la busqueda de la verdad, dirigiendo todos nuestros afectos y sentimientos hacia Dios. La devoción sin amor verdadero corre el peligro de ser como el hombre que construye su casa sobre arena, y cuando llegan las pruebas, las lluvias, los vientos.... se cae la casa.. y el amor sin devoción interior corre el riesgo de convertirse en una fe fría, donde se entrega a Dios o al Guru el intelecto, pero no el corazón. Se necesita un buen balance para integrar estos sentimientos divinos.
En este momento que nos ha tocado vivir, donde el error se ha introducido sutilmente en todas las esferas, tenemos la gran responsabilidad de seriamente formarnos en nuestra fe para que sepamos en todo tiempo, circunstancia y lugar dar respuesta a todo el que nos pida instrucción, a todo el que ande en la búsqueda de la verdad, o quizás, huya de ella porque tiene miedo al compromiso que conlleva (Es duro de recorrer el Sendero).
Transmitir la Verdad, es una obra de misericordia, porque la verdad es la que libera los corazones de la mentira y de las consecuencias prácticas con las que destruye las vidas, las relaciones, las familias, y las sociedades.
El corazón humano tiene en lo profundo de sí, un deseo de Dios, que nada, absolutamente nada, puede saciar, sino Dios mismo. El amor, es lo único que mueve el corazón humano y, precisamente, el mundo necesita encontrar el amor que ha olvidado; el amor que ha puesto a un lado creyendo que podría vivir sin él. En estos momentos, muchos se sentirán vacíos, sin propósito, sin saber a donde ir, pues corrieron tras otros amores y abandonaron al único y verdadero Amor. El mundo de hoy necesita encontrar hombres y mujeres que ardan de amor por Dios y que vivan gozosamente toda la Verdad que El nos enseña.
Esperando que podamos encontrar muchos hombres y mujeres que puedan llevar las enseñanzas de los Divinos Maestros a todos lo que tengan sed del Divino Conocimiento.
Belia Villafañe (Parameshvari)
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