El primer Chakra, Muladhara Chakra, está situado en la misma base de nuestra columna, a la altura del coxis, y está asociado con el sentimiento de seguridad, con todo aquello que nos hace sentirnos protegidos. Estrechamente vinculado con los pies, que nos conectan con la madre Tierra, representan el apego a lo material, a lo que nos permite sobrevivir en el mundo.
De color rojo intenso cuando rueda sin bloqueos, este Chakra en el que descansa la Kundalini, es un centro de energía vital y, según la tradición esotérica, es el último en despertar y activarse en el desarrollo espiritual y energético. Si funciona mal, te sentirás agotado y abatido, sin ganas de vivir. Si sigue el progreso adecuado, estarás lleno de vitalidad y confianza en ti mismo.
Este primer Chakra sufre si sufrimos malos tratos, abandono, privaciones o cualquier otra situación que suponga sentirnos solos e inseguros ante el mundo. Superar nuestros miedos y rodearnos de lo que nos haga sentir bien, como un hogar acogedor hecho a nuestra medida, nos ayudará a sanarlo, a ayudarlo a regalarnos su fuerza vital.
Con forma de flor de loto de cuatro pétalos, la activación de este punto de energía está asociado con el más alto grado de iluminación, el Nirvana. Para conseguir ésto hay comportarse de manera desinteresada y vivir cada día comprometida con el crecimiento interior y personal. No debe intentarse despertarla antes de estar realmente preparado, pues puede conllevar graves trastornos físicos y psíquicos, debido a la gran cantidad de energía que guarda. No hay que olvidar que la Kundalini permanece latente en él.
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